Cultura

miércoles, 3 de abril de 2013

EL GRAN CIRCO CHILENO

Inicios del Circo Chileno

Contexto Histórico

La tradición del Circo Chileno tuvo su nacimiento hace más menos 140 años atrás cuando algunas familias comenzaron organizadamente a montar espectáculos itinerantes y a viajar por el país exhibiéndolo.

La verdad es que no existe una forma precisa de fechar exactamente sus inicios, no obstante es posible verificar la existencia de una estampilla conmemorativa que saco a circulación correos de Chile en 1984 y que celebra los 100 años de la actividad Circense en nuestro país. En ella se indica su inicio en 1884.



Se fomentó el servicio de tranvías tanto en Santiago como en Valparaíso, San Felipe y San Bernardo. Más tarde, se construyó el alcantarillado de Santiago (1898) y al año siguiente se aseguró el abastecimiento del agua potable para Valparaíso y Viña del Mar mediante la construcción del embalse de Peñuelas.

En 1900, se inauguró en la capital la Estación Central. Los teléfonos se introdujeron también a fines del siglo, constituyéndose en un tremendo avance tecnológico en el campo de las comunicaciones. De esta misma manera se implemento un sistema de alumbrado a gas en la capital.

Es para esa época Pedro Montt asume la Presidencia de la República y se da inicio de las obras del ferrocarril Arica-La Paz.

El 16 de agosto de 1906 ocurrió un violento terremoto que destruyó gran parte de Valparaíso. Esta ciudad quedó totalmente aislada, las comunicaciones se interrumpieron y solo se tuvo noticias de lo acontecido en la tarde del día siguiente.

En este contexto histórico fue que comenzaron a visitar Chile compañías circenses extranjeras, nos referimos a circos tradicionales con carpa, pista de aserrín, graderías de madera y sillas hechas de listones.

Comienzos del siglo XX
El Circo Océano estaba instalado por aquella época al lado de la Escuela Santa María, un circo que además también traía espectáculos de boxeo y montaba obra teatrales.

El circo Océano estaba instalado por esos días a un costado de la Escuela Santa María. Traía espectáculos de boxeo y montaba obras teatrales. Fue conocido porque cobijó a heridos y masacrados el 21 de diciembre de 1907 en Iquique. La historia que cuenta Zobarán –nombre real del dueño del circo- como maestro de ceremonia -lúdico y gracilmente- interpretado por “Canatran” da cabida a pampinos que necesitan pernoctar. Así van armando el espectáculo con breves números circenses de acrobacia, de destreza física que no perturban la secuencia de los acontecimientos donde las intervenciones de los secuaces de Silva Renard parodian la realidad política y social de la contingencia de la época. Todo el drama, los acontecimientos, los números nunca vistos, la mujer barbuda, la guagua gigante, todo se mezcla y nutre la atmósfera de un circo que sufre con el dolor de la injusticia humana, pero que como buenos artistas concientes aún que su show debió continuar.
“Manuel Rodríguez es el drama histórico y popular, escrito por José Lietti. para el Circo Wallace, estrenado con gran éxito en Santiago en el Circo Océano el 26 de Mayo de 1896”.




“En 1893, junto al río Mapocho funcionaba el llamado Circo Inglés, mientras que en la ribera norte del mismo río, frente al puente de los Carros en 1909, funcionaba la empresa de Ernesto Echiburú con una carpa capaz de contener 1500 personas de galería y 500 de platea.

Existe documentación del Circo Bravo que funcionó en la calle Bandera esquina Mapocho en 1904 y del Plaza Circo Santiago, ubicado en las cercanías de la actual plaza Baquedano en 1901, con espectáculo de animales bravos”.


(Extracto del Libro “Patrimonio Histórico de la Comuna de Independencia”. Instituto de Restauración Histórica Arquitectónica. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad de Chile. Magda Anduaga, Patricio Duarte, Antonio Said)


Don Manuel Hassan y Julio Benvenutto, con su Circo Greden, fueron los primeros empresarios que comenzaron a traer grandes atracciones internacionales. Familias como la de los Farfán también destacaban desde comienzos del siglo XX.





Uno de los primeros Circos Chilenos reconocidos, grandes y con Carpa fue el “Corales” y el “Real Arcona” de don Luis Artons.


“El explosivo aumento de los veraneantes comienza a configurar, ya decididamente, el auge de la industria hotelera de Constitución. El legendario Circo Corales y el de la empresa Farfán, instalan sus carpas cerca del balneario, logrando entusiasta concurrencia de veraneantes”.







En la foto: Juan Corales

En Septiembre de 1924 se instalo en Mapocho, sector que hoy corresponde al Mercado Central, el gran Circo Griego “Constantino”. Sus dueños eran tres hermanos que llevaban el mismo nombre. Uno realizaba actos de fuerza, el otro era fakir y el tercero administraba.
Este fue un hito en la historia del Circo chileno, ya que este fue el primero en traer iluminación propia a base de generadores. Los circos chilenos solo conocían la iluminación a base de lámparas de carburo o gas. En esa época donde se instalo el Circo Constantino solo había potreros, por tanto llamaba mucho la atención e impresionaba que estuviesen iluminados con luz propia.

Permanecieron un tiempo record de doce meses con lleno absoluto en la misma ubicación. Luego del gran éxito que obtuvieron en Chile se desplazaron a Buenos Aires, Argentina.

Circo Real Arcona (Luis Artons)

A mediados de la década de los veinte comenzó a destacar el Gran Circo Real Arcona, el cual recorría el país presentando a “Los Artons”, acróbatas y dueños del Circo. También destacaba el gran Mr. Waitre y sus caballos amaestrados, el profesor Abel con su jauría de perros Daneses amaestrados. Se completaba el espectáculo con Miss Anita y el Gran Clown Krosman.






Circo Liverpool (Familia Echiburú)

A finales de la década de los treinta, poco antes de que debutara Las Aguilas Humanas, el gran Circo chileno Columbia se proclamaba como el “Único Circo Ecuestre de Santiago”. También destacaba el Liverpool de fieras, que se ubicaba en la Alameda con Cienfuegos. El Liverpool, a cargo de la “Empresa Nacional Sucesión Echiburú”, familia que venia ofreciendo espectáculos circenses desde 1894 en nuestro país. Esta empresa se destaco en la década de los treinta y cuarenta por incorporar números de fieras.

La atracción del Liverpool era el León Africano “Melenick” a cargo de la domadora Julita Echiburu, hija de los dueños del Circo, este era considerado el número fuerte del programa.

Las risas y alegrías estaban a cargo de la Trouppe cómica de Tonys compuesta por el gran Chalupa, Rabanito, Zanahoria y Pirinola. Además de estos, se complementaba con 20 atracciones nacionales e internacionales.

Este se constituye en un breve alcance histórico de los inicios del Circo en Chile. Pronto publicare mas historias de antaño.



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Una propuesta absolutamente cultural

viernes, 8 de marzo de 2013

HISTORIA DEL TEATRO MUNICIPAL DE SANTIAGO DE CHILE

fachada

Declarado Monumento Nacional en 1974, el Teatro Municipal de Santiago es el centro cultural más antiguo del país y escenario fundamental de obras de todo el mundo, con temporadas estables de ópera, ballet y conciertos sinfónicos.


El Teatro Municipal de Santiago pertenece a la Ilustre Municipalidad de Santiago. Fue inaugurado el 17 de septiembre de 1857, con la ópera Ernani, de Giuseppe Verdi. En 1848, el Estado, por medio de una ley, cedió el terreno de la ex Universidad de San Felipe a la Municipalidad de Santiago. En 1853 se inicia en ese terreno la construcción del Teatro Municipal de Santiago. El diseño del edificio estuvo a cargo del arquitecto Francisco Brunet des Baines, inspirado en el estilo neoclásico francés.  Lamentablemente, Brunet de Baines falleció mientras se realizaban las terminaciones, encargándose el trabajo a Lucien Henault y Manuel Aldunate. La ingeniería fue realizada por Augusto Charme.
El hermoso edificio tenía una capacidad aproximada de 2230 localidades, y estaba decorado con los mejores elementos chilenos y del extranjero, particularmente de París.  El Teatro Municipal se convirtió en una de las principales construcciones de Santiago, y el primer gran centro cultural de la ciudad. Debido al enorme costo, la Municipalidad decidió arrendar el Teatro a empresas encargadas de contratar a los artistas. El arriendo incluía un café, habitaciones, talleres, almacenes y una dotación de vestuario preparado para diversas ocasiones. En su imponente sala principal se realizaron en Chile las primeras temporadas estables de ópera, con innumerables estrenos y algunos de los primeros conciertos sinfónicos. El ballet y el romanticismo cobraron la fuerza que durante el siglo XIX los ubicaría en un lugar central para la cultura del país.
El 8 de diciembre de 1870, apenas trece años después de su inauguración, el Teatro Municipal de Santiago fue destruido casi completamente por un voraz incendio que se declaró luego de una presentación de la célebre soprano Carlota Patti. Las obras de reconstrucción estuvieron a cargo del arquitecto Lucien Hénault, quien conociendo el proyecto original mantuvo en líneas generales el estilo neoclásico de Brunet des Baines. Durante el siniestro perdió la vida el voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago, Germán Tenderini y Vacca, quien se convirtió en el primer mártir de la citada institución. Su nombre está perpetuado en la calle que limita con el Teatro Municipal por el costado oriente, lugar donde se alza un busto recordatorio del ilustre mártir.
En tres años, y con el apoyo de Benjamín Vicuña Mackenna como intendente de Santiago, se reconstruyó con aún mayor magnificencia. Este edificio, aunque ha sufrido variados cambios, es aquel que permanece hasta  hoy en calle Agustinas. Con aún mayor prestancia, el Teatro Municipal fue reinaugurado el 16 de julio de 1873, funcionando continuamente hasta nuestros días. Una gran compañía lírica italiana presentó la ópera “La Fuerza del Destino”, de Giuseppe Verdi. Desde entonces, diversos empresarios como la familia Padovani o Renato Salvati estuvieron encargados de traer a Chile los grandes artistas de su época. Tanto era el éxito, que en 1897 se ofrecían abonos para escuchar la ópera desde la casa, ¡por medio del teléfono!.
Un nuevo desastre lo afectó en 1906: un terremoto destruyó el foyer y la sala principal. El arquitecto Emilio Doyere, francés residente en Santiago, fue el encargado de las reparaciones. Mantuvo el aspecto de la sala principal, pero se modificó el foyer. El edificio era principalmente de adobe, lo que fue reemplazado en buena parte por ladrillos cimentados en piedra y envigados de madera (hacia 1927 se instalaron fierros y bovedillas). El acceso al palco presidencial se transformó en un espacio que aún hoy, por su estilo y carácter, se denomina Sala La Capilla.
El Teatro mejoró en elegancia y señorío y destacaba la gran escala imperial que ocupaba el ingreso principal del edificio, en mármol blanco. Era un espacio pensado socialmente, para deslumbrar y alumbrar aquellos que ingresaban al templo del arte. También se realizaron los pilares del frontis y las cariátides de la sala principal. En él las fiestas sociales estaban a la orden del día. El Centenario, de hecho, reveló su prestancia y lujo desinhibido, y permitió que en la siguiente década lo visitaran importantes artistas, en particular Pietro Mascagni y Anna Pawlova.
Otro incendio, el 27 de mayo de 1924, provocó graves daños en el escenario y destruyó por completo el antiguo telón. El recordado administrador Jorge Balmaceda Pérez estuvo a cargo de las grandes transformaciones que se hicieron entonces.Se decidió reutilizar un dinero que había para ampliar el Teatro, reparar el escenario y modificar el foyer principal para ampliar la entrada en favor de una estética modernista. Se rebajó el mismo, retirando la escalera, a un solo nivel, y el segundo piso del mismo, como se puede apreciar en las fotografías, se conservó como Salón Filarmónico, actual Sala Arrau, manteniendo su estética y galería de bustos. En esta fecha fue que el edificio se unió a aquellos del costado sur, entonces ocupados por la Primera Compañía de Bomberos y la Sociedad de Fomento Fabril, y se terminó el foyer de la administración en su estética actual.
Para la elaboración de mejores y más reales escenografías se incorporaron innovadoras maquinarias, importadas de Alemania, con nuevos sistemas de iluminación que podían, por primera vez, graduarse lentamente. También se realizó un nuevo telón, que duró hasta fines del siglo XX.
Hacia 1947 comenzaron una serie de reformas en vista del Centenario de 1957. Las mismas afectaron principalmente la estructura del edificio, pero no la sala principal, que sólo se comenzó a trabajar en 1958. Unos años después se había restaurado por completo y se reinstaló la antigua lámpara de lágrimas, que con sus dos metros de amplitud y más de cien luces ilumina la sala principal y los hermosos frescos de la cúpula.
Con la creación de la Corporación Cultural de la Ilustre Municipalidad de Santiago y una administración permanente a cargo del Municipal, se han visto grandes cambios y una nueva estabilidad en las temporadas artísticas. Esto ha transformado en los últimos veinticinco años al Municipal de un teatro local a un centro cultural para todo Chile, con proyecciones de diverso orden y amplia actividad dentro y fuera de su escenario, incluyendo un gran nivel de reconocimiento internacional.

El Teatro Municipal de Santiago cuenta con tres cuerpos estables, Orquesta Filarmónica de SantiagoBallet de Santiago yCoro del Teatro Municipal, y con talleres de pintura, vestuario, ambientación, iluminación y sonido, entre otros. Además, mantiene el programa Crecer Cantando y la Escuela de BalletEn los últimos treinta años ha sido objeto de reformas y adecuaciones para ponerlo al día con los adelantos de la técnica teatral moderna, reacondicionando algunas de sus dependencias para proporcionar tanto a los artistas como a los técnicos un medio eficaz que dará expresión lograda y emocionante al milagro del arte, en cualquiera de sus facetas.
En el segundo piso se ubican numerosos talleres de escultura, pintura y utilería, donde se “arman” las óperas y ballet. Además, en calle Herrera se encuentran los talleres de Realización Escenográfica, donde se realizan las tareas más grandes y pesadas de esta fabricación. Muchos de los procesos son artesanales y responden a una larga tradición que siempre ha acompañado al Teatro Municipal. Las producciones del Teatro Municipal gozan de gran prestigio y varias de ellas son vendidas a teatros de América Latina, Europa y Estados Unidos.

Por su escenario han desfilado algunos de los más grandes artistas de todos los tiempos. Entre ellos:
Ballet:
Aurelie DimierAnna Pavlova, Alicia Alonso, Margot Fonteyn, Rudolf Nureyev, Fernando Bujones, Mikhail Baryshnikov, Carlos Acosta, Julie Kent, Julio Bocca, Marcia Haydée, Nina Ananiashvilli, Natalia Makarova, Vivian Durante, Irek Mukhamedov, Sara Nieto.
Danza Contemporánea:
American Ballet Theatre, Kurt Jooss, Trisha Brown, Hubbard Street Dance, Pilobolus.
Pianistas:
Arthur RubinsteinAlfred Brendel, Wilhelm Backhaus, Walter Gieseking, Daniel Barenboim, Vladimir Ashkenazy, Benjamin Britten, Claudio Arrau.
Violinistas:
Jan Kubelik, Mischa Elman, Yehudi Menuhin, Isaac Stern, Jascha Heifetz, Gil Shaham, Uto Ughi, Salvatore Accardo.
Otros intérpretes:
Paco de Lucía, Narciso Yepes, Mitslav Rostropovich.
Actores:
Adelaida Ristori, Sarah Bernhardt, Lucien Guitry, María Guerrero, Luis Jouvet, Margarita Xirgú, Jean-Louis Barrault, Vivien Leigh, Marcel Marceau (mimo).
Directores:
Herbert von Karajan, Jan Latham-Koenig, Alfredo Padovani, Sergiu Celibidache, Zubin Metha, Wolfgang Sawallisch, Erich Kleiber, Maxim Shostakovich, Gustavo Dudamel.
Cantantes:
Ramón VinayClaudia Parada, Alfredo Kraus, Fedora Barbieri, Ida Edelvira, Celestina Boninsegna, Carmen Melis, Amelita Galli-Curci, Titta Rufo, Carlo Morelli, Renato Zanelli, Pedro Navia, Feodor Chaliapin, Tito Schipa, Peter Pears, Antonio Paoli, Beniamino Gigli, Lauritz Melchior, Kirsten Flagstad, Victoria de los Ángeles, Renata Scotto, Kiri Te Kanawa, Lucia Valentini-Terrani, Verónica Villarroel, Cristina Gallardo-Domas, Stefania Bonfadelli, Matti Salminen, Leo Nucci, Plácido Domingo, Elizabeth Connell, Luciano Pavarotti, José van Dam, Paata Burchuladze, Hildegard Behrens, Juan Diego Flórez, Agnes Baltsa.

jueves, 7 de marzo de 2013

martes, 5 de marzo de 2013

¿Envejecen igual los hombres y las mujeres?
Por Sandra Pérez

Basta con observar a los adultos mayores para darnos cuenta que hay diferencias evidentes.


¿Envejecemos igual los hombres que las mujeres?, si bien existen muchos estudios que abordan el tema del envejecimiento desde la perspectiva de género, basta con observar a los adultos mayores para darnos cuenta que hay diferencias evidentes.Las mujeres presentan mayor esperanza de vida que el hombre y esta condición favorece la sobre vida cuando viven en pareja y  las pone en mayor riesgo de viudez.Las mujeres demuestran mayor autonomía en esta etapa y es más común encontrarlas viviendo solas después de enviudar, a diferencia de sus pares hombres que tienden a volver a emparejarse.Las mujeres mayoritariamente siguen realizando roles domésticos de cuidadoras de  nietos o de personas en situación de dependencia.Respecto de los cambios fisiológicos es indudable que uno de los aspectos diferenciadores más importantes es el periodo de fertilidad que diferencia a hombres y mujeres, mientras los primeros pueden engendrar sin límite de edad, las mujeres deben asumir su tiempo biológico.En el plano de los aspectos físicos,  pareciera ser que la sociedad es más exigente con la mujer, para quienes el aparecimiento de canas es un suceso que obliga, a la mayoría, a ocupar la cosmética para disimularlas, en cambio para el hombre esto se transforma en un elemento de distinción.En el ámbito social las mujeres se integran más fácilmente  a redes sociales, las organizaciones de adultos mayores están constituidas preferentemente por integrantes del sexo femenino, sin embargo los roles directivos son desempeñados preferentemente por varones.Tradicionalmente, la osteoporosis se ha considerado un problema femenino que se acelera después dela menopausia. Los hombres también están afectados, pero tienen un riesgo estimado de sufrir fracturas a lo largo de la vida tres veces menor que las mujeres.Una patología que es más común en las mujeres que en los hombres de cualquier edad, es la Depresión,pero que en edades avanzadas esta diferencia tiende a reducirse, en la que   los hombres están afectados casi en la misma proporción que las mujeres.Uno de los elementos que iguala las condiciones de envejecimientos de hombres y mujeres es la educacion,las mujeres que tuvieron acceso a educación superior comparten experiencias sociales que sitúan a ambos géneros en escenarios comunes.La jubilación suele verse por el hombre como un periodo de decadencia en cambio para la mujer representa un tiempo de libertad, este sentimiento se entiende por la obligación que ha tenido la mujeren su vida activa al compartir el rol laboral con el doméstico.

lunes, 4 de marzo de 2013

El cáncer y sus causas desconocidas


El cáncer y sus causas desconocidas
Por Patricio Valenzuela

La nueva visión de la salud asume que la sanación definitiva consiste en adquirir conciencia superior de lo que somos, de nuestros actos y de lo que vinimos a experimentar.

Cada vez más surgen voces que discuten la explicación y las causas de enfermedades tan complejas como el cáncer. Es así como también han proliferado alternativas de sanación distintas, poco difundidas y efectivas para ayudar a las personas a sanarse a sí mismas. La base de esto radica en la idea que de alguna manera, fueron ellas las que se prodigaron la enfermedad.  ¿Cómo? A través de una herramienta que la mente ocupa para eludir a resolución de un conflicto que aqueja al alma de un individuo. 

Citando a Ghislaine Lanctôt, autora del libro “La Mafia Médica”: “La enfermedad en los seres humanos es causada por la sumisión del alma”. Esta sumisión (prisión de la conciencia) traducida en síntomas, son la impotencia y la desesperanza, dos causas ampliamente reconocidas en los casos de cáncer. Esta sumisión nos desconecta de nuestra esencia, nos reduce a robots, nos sustrae de funciones superiores como son la conciencia y la voluntad.
Crear nuestra realidad

En términos muy simples, biológicamente el cáncer es el crecimiento descomedido de determinadas células del cuerpo. El sistema inmunológico, si funciona normalmente, debería ser capaz de incapacitar a esas células que funcionan de manera anormal. Pero la mente, cuando está sometida a tensión, provoca un funcionamiento defectuoso del sistema inmunológico, permitiendo así su aparición del cáncer”, sostiene el físico Dr. Amit Goswami en su libro “El Médico Cuántico”.

No es el primero en sostener este enfoque: Hipócrates y Galeno creían que los pensamientos y las emociones movían a los distintos sistemas del cuerpo y les afectaban directamente mediante interacción de contacto. Esta afirmación ya ha sido ampliamente comprobada por algunas ramas de la medicina moderna como la psicobiología y la psiconeuroinmunología, así como por la física cuántica, enfocada hacia el Espíritu, la cual señala que nosotros somos  co- creadores de la realidad que nos aqueja.

Si nuestra mente convive con uno o varios conflictos no resueltos, necesariamente la realidad externa (en este caso el cuerpo) reflejará ese conflicto. Como bien lo señala Carl Jung: “La norma psicológica dice que cuando no se toma conciencia de una situación interna, sucede afuera como destino. Es decir, cuando una persona no toma conciencia de sus contradicciones interiores, la realidad forzosamente representará el conflicto”.


Para sanar definitivamente

En esta misma línea, el médico alemán Ryke Geerd Hamer plantea una alternativa diferente para sanar pacientes de cáncer y otras enfermedades graves. Establece cinco leyes fundamentales insertas en la biología, que permiten comprender los procesos naturales  de funcionamiento en humanos, animales y vegetales. Entender estas leyes nos ayuda a cambiar el paradigma y así facilitar la curación de la enfermedad.

También en torno al cáncer se plantean preguntas aparentemente sin resolver: ¿Por qué independientemente del método que busquemos para ayudarnos en la sanación definitiva de una enfermedad, no funciona al 100 % y al cabo de un tiempo la enfermedad puede volver y aún más agresiva? Una de las respuestas es que esto se produce porque la persona ha sido incapaz de escuchar la señal dada por su alma como alerta para solucionar el conflicto que originó la enfermedad. Así, buscando sólo una salida afuera de nosotros, se le entrega el poder a otros para que nos sanen sin tomar conciencia del propio poder para sanar. Nada se hace en nosotros sin nosotros. Si alguien se enfermó (a sí mismo) debería poder sanarse a sí mismo si logra ver y cambiar el patrón de vida y pensamiento (cambio de paradigma) que generó su enfermedad.

Gwen Olsen fue durante 15 años representante de ventas de la industria farmacéutica y escribió un libro llamado “Confesiones de una ex motivadora  de drogas RX”. Sostiene en su libro que la medicina tradicional hace una “administración de los síntomas” y no una cura definitiva, pues esa sólo depende de cada uno de los individuos.  Una de sus lecciones más conmovedoras, relata Olsen, fue como víctima y superviviente a los efectos secundarios de unos medicamentos que pusieron en peligro su vida.

Otra opinión relevante es la de Joe Dispenza, quien en su libro “Desarrolla tu Cerebro”, explica los factores comunes que hay detrás de las personas que han conseguido sanarse a sí mismas de graves enfermedades, comenzando con su testimonio.

La nueva visión de la salud asume que la sanación definitiva consiste en adquirir conciencia superior de lo que somos, de nuestros actos y de lo que vinimos a experimentar, tomar control sobre nuestras vidas desde el Espíritu y no desde el ego.

Artículo desde: www.evavision.cl
Una radio desde Chile para el mundo